viernes, 13 de julio de 2012

Hidráulica en el movimiento dentario ortodóntico y su respuesta periodontal y alveolar

El presente post tiene como objetivo dejar en claro los cambios hísticos ocurridos durante el movimiento dentario ortodóntico, relacionado con la hidráulica. 

Si bien, la ortodoncia se relaciona casi en su totalidad con la dinámica, existe un pequeño papel de la hidráulica que es fundamental para el reposicionamiento de los dientes.

Es esencial en la práctica ortodóntica el entendimiento de los mecanismos celulares y moleculares que regulan el movimiento dentario durante la aplicación de fuerzas. No existe gran diferencia entre las reacciones hísticas que ocurren en el movimiento dentario fisiológico y las observadas en el movimiento ortodóntico pero como los dientes se mueven más rápidamente durante el tratamiento, los cambios generados por las fuerzas ortodónticas son más marcados y extensos.

Respuesta periodontal y ósea al movimiento ortodóntico

En el medio tisular peridentario existen factores que modifican la reacción biológica dependiendo de las características estructurales del hueso alveolar y fibras periodontales. Influyen también factores mecánicos tales como la intensidad, dirección y duración de la fuerza aplicada, lo cual condiciona la reacción tisular.

Los elementos tisulares que sufren cambios durante el movimiento dentario son principalmente el ligamento periodontal, con sus células, fibras, capilares y nervios, y secundariamente, el hueso alveolar. Estos tienen una plasticidad que permite el movimiento fisiológico y ortodóntico de los dientes.

  • Ligamento periodontal
Cada diente está fijado al hueso alveolar y separado del alvéolo adyacente por una fuerte estructura formada por colágeno para la sujeción: el ligamento periodontal (LPD). Este presenta dos componentes de gran importancia: elementos celulares y los líquidos hísticos. Ambos juegan un papel importante en la función normal y posibilitan los movimientos ortodóncicos de los dientes.


La presión hidráulica de los líquidos del espacio periodontal, constituidos por la corriente sanguínea y material conectivo de relleno, actúa como primer amortiguador de la fuerza externa, esenciales debido a la fuerza y rapidez de los movimientos realizados en un tratamiento ortodóntico. El impacto se transmite uniformemente a todo el espacio periodontal y provoca un escape de líquido hacia el exterior a través del sistema circulatorio. Estudios experimentales demuestran que al cabo de pocas horas de aplicar una fuerza ligera, se inician una serie de cambios químicos que consisten básicamente en un aumento de mediadores celulares, segundos mensajeros, como es el caso del AMPc, el cual interviene en la diferenciación celular que ocurre luego de aproximadamente 4 horas de mantener la presión. 

Cuando se aplica una fuerza de gran intensidad sobre el diente, se origina una oclusión vascular y se corta el suministro de sangre al LPD; se produce una necrosis aséptica.

  • Hueso alveolar
Los dientes se encuentran rodeados por los alvéolos, los cuales constituyen el hueso de soporte de los mismos. El acoplamiento entre la formación y resorción ósea, inducido por la aplicación de fuerzas ortodónticas, permitirá el desplazamiento dentario. Las características estructurales del hueso alveolar y fibras periodontales, la forma y morfología de los dientes y factores de tipo mecánico (la intensidad, dirección y duración de la fuerza),
modifican las reacciones biológicas.
En la dentición adulta, las paredes óseas de los lados lingual y vestibular son más densas, mientras que la alveolar mesial y distal es más esponjosa y vascularizada, lo que favorecerá el movimiento dentario en una dirección mesial o distal, más que hacia vestibular o lingual.

El hueso alveolar de las personas jóvenes, suele contener grandes espacios medulares, fisuras abiertas y canales, lo que favorecerá la formación de células resortivas durante el movimiento dentario y un mayor potencial de remodelamiento.

De esta forma la presión hidráulica de los líquidos que se encuentran en la periferia del diente permitirá un movimiento amortiguado sin dañar las estructuras cercanas al diente (ligamento periodontal y hueso alveolar) liberando la energía hidráulica a través del sistema sanguíneo.









"Quien nunca ha cometido un error nunca ha probado algo nuevo" Albert Einstein (1879-1955) Científico alemán.